Chorizo Riojano, un producto divertido, lleno de sabor y de origen español 

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Descubre la IGP del chorizo

Alcachofas con chorizo riojano

Chorizo Riojano, un producto divertido, lleno de sabor y de origen español 

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El chorizo riojano lleva tantos años en nuestras casas que puede que no seamos conscientes de su importancia. Un producto de calidad, lleno de sabor, todoterreno y 100% español. Este producto, ahora cruza también fronteras y se consume en todo el mundo de una forma divertida y desenfadada.

La historia del chorizo viene de lejos. Desde la antigua Grecia y Roma, donde ya se consumía acompañado de un buen vino, hasta el descubrimiento de América, cuando adquiere el color rojizo y el sabor que le caracterizan. En el siglo XVI, las naves que vuelven de América traen consigo pimientos cuya molienda pulverizada dará lugar al pimentón. esta es, sin duda, una de las claves del chorizo riojano.

La IGP chorizo riojano garantiza que el producto que consumimos hoy en día haya sido elaborado siguiendo los más altos estándares de calidad en todas las fases de los procesos de elaboración, maduración, secado y etiquetado.

Y la calidad se aprecia. Si algo distingue al chorizo riojano frente a otras variedades es su sabor intenso, su consistencia firme, el corte liso y ligado y un aroma intenso y equilibrado con toques de pimentón y ajo.

Todo ello convierte al chorizo riojano en un producto delicioso y lleno de sabor. Además, es ideal para consumir de manera desenfadada en tapas, en veladas entre amigos o en el tradicional bocadillo de media tarde.  Incluso podemos utilizarlo en guisos y platos más elaborados a los que deseemos añadirle un toque de sabor. Tanto dentro como fuera de España. Y es que la calidad no entiende de fronteras.

Frittata de Chorizo 

La “frittata” es un plato muy típico de la cocina italiana elaborado a base de huevo. Es muy similar a la clásica tortilla española o a una “omelette” francesa. La principal diferencia es que la frittata es abierta y los acompañamientos se le añaden en la parte superior, de manera similar a una pizza.

Existen numerosas formas de prepararla y admite casi todo tipo de condimentos: carne, verduras y… ¡chorizo!

El aroma intenso del chorizo riojano combina perfectamente con la cremosidad del huevo y convierten a esta frittata de chorizo en un plato delicioso. ¿A que apetece para servirlo en el almuerzo o en la cena?

Alcachofas con Chorizo 

Las verduras son uno de los grupos de alimentos indispensables en nuestra dieta y los expertos recomiendan consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día. Sabemos que no siempre es tarea fácil cumplir con esta cifra, especialmente para los más pequeños. Por ello, es importante pensar en nuevas formas y combinaciones que nos permitan comer verduras de forma divertida y sana.

Las alcachofas son ricas en fibra, ayudan a reducir la glucosa en sangre al tiempo que protegen contra el estreñimiento. Posee fitoesteroles, que contribuyen a controlar los niveles de colesterol en sangre. Cuenta con flavonoides (quercitin y rutin), que protegen contra las enfermedades cardíacas y favorecen la acción antioxidante. Pueden prepararse de mil y una formas. Además, son más que recomendables en dietas para adelgazar ya que aumentan la sensación de saciedad. Y, por si fuera poco, solo contiene 16 calorías por cada 100 gramos.

En esta receta, las prepararemos acompañadas por el mejor chorizo riojano. Este es un plato lleno de sabor, ideal para esos meses de invierno en los que apetece comer comidas calientes. Ya van tocando platos que entonen el cuerpo y aporten energía para hacer frente al frío.

Bocadillo de chorizo riojano

Chorizo riojano, un proceso de elaboración tradicional para un sabor que no pasa de moda

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El proceso de elaboración del chorizo riojano, como el de la mayoría de embutidos que se producen en España, es una tradición ancestral que se ha ido legando de padres a hijos durante generaciones. Un rito familiar en el que participaban también amigos y vecinos y que, actualmente, sigue siendo fundamental. La IGP Chorizo Riojano audita los distintos procesos de picado, amasado, embutido y secado para garantizar todo el sabor, calidad e historia de este producto emblemático.

Una tradición centenaria

La elaboración del chorizo es todo un rito que muchas familias siguen realizando año tras año como un verdadero acontecimiento. Dependiendo de la zona, cada familia utiliza diferentes especies, recetas de antaño que forman parte de la historia familiar y no se desvelan.

Los preparativos comienzan temprano, con las primeras luces del alba. Es invierno y la familia se reúne en torno a la chimenea con un buen fuego de leña para entrar en calor. Se empieza calentando el agua y preparando los ingredientes que harán falta durante la jornada. En el caso del chorizo riojano, magros de cerdo, pimentón, sal fina seca y ajo, y tripas naturales de cerdo para embutirlo.

Lo primero es picar el lomo y el tocino en porciones de pequeño tamaño, de unos 5-8 mm, salarlo y amasar la mezcla. Después, se pican los ajos, se diluyen en agua y se van añadiendo poco a poco a la masa, sin dejar de amasar en ningún momento. Se disuelve el pimentón en agua y se añade también a esta mezcla, amasando hasta que quede homógenea.

Una vez preparada la mezcla, se cubre con un paño y se deja reposar durante una noche. Es el momento de descansar y de reponer fuerzas para el día siguiente.

Un sabor muy actual pero con tradición

A la mañana siguiente, con la mezcla ya reposada y los sabores bien mezclados, es el momento de introducirla en las tripas de cerdo. Estas han de ser delgadas, de unos 40-50 mm de calibre. Antes de empezar, se comprueban los sabores y se realizan los últimos ajustes con las especies. Una vez llenadas las tripas, se atan los dos extremos, se pincha para que salga el aire y se cuelga por un extremo.

Aunque pueda parecer un trabajo rápido, suele requerir algunas horas hasta que todo el chorizo esté finalmente colgando. Una vez atados los chorizos, se exponen al aire en ambiente natural, eligiéndose lugares idóneos en base a sus características de temperatura y humedad.

Y, a partir de aquí, solo queda esperar. El toque final lo dará el tiempo. Durante el periodo de maduración, el producto se va desecando y adquiriendo mayor firmeza en su textura, a la vez que se desarrolla el aroma tan característico, con toques de ajo y pimentón.

Para poder consumirlo es necesario que esté un mes colgado, aunque también se puede consumir fresco.

Lo importante es conseguir ese punto en el que el embutido queda con una textura firme pero jugosa y con ese sabor tan específico, intenso y penetrante. Una vez conseguido esto, no queda más que disfrutar de estos chorizos tradicionales con un buen vaso de vino de La Rioja y una buena hogaza de pan.

Este es precisamente el proceso de elaboración legado de generación en generación, que las empresas pertenecientes a IGP Chorizo Riojano siguen para la elaboración de sus productos. Un proceso tradicional que garantiza todo su sabor y textura y que convierte a este producto en un alimento ideal para consumo tanto frito, o a la plancha, y como condimento muy indicado para exquisitos guisos.

chorizo riojano igp

Come bien, come chorizo riojano

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Desde que tenemos uso de razón, el chorizo siempre ha estado presente en nuestras vidas. Para todos aquellos que hemos crecido en España, este embutido forma parte de nuestra memoria gastronómica y de nuestra despensa, y nos ha acompañado desde la más tierna infancia. Cortado en rodajas en el bocadillo del recreo, en deliciosas tapas compartidas con amigos y en comidas y celebraciones familiares.

El chorizo riojano, elaborado con ingredientes 100% naturales, posee unas propiedades organolépticas únicas que lo hacen indispensable en nuestra dieta y en nuestro imaginario.

Con un sabor intenso y penetrante; una textura equilibrada, masticable y muy jugoso en boca; un aroma equilibrado e intenso, persistente, con dominio de pimentón, además de notas de ajo; ausencia de olores rancios y acres, el chorizo riojano es todo un deleite para los cinco sentidos. Muy fácil de reconocer por su aspecto rugoso, corte liso y bien ligado, sin coloraciones anormales y con una diferenciación clara entre fragmentos de carne y tocino.

Ante esto, ¿quién se puede resistir a disfrutar de un buen bocado?

Ahora podemos hacerlo además desterrando falsos mitos y disfrutando en toda su plenitud de lo que nos gusta y nos hace felices.

Según un estudio realizado por la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España, los embutidos curados como el chorizo poseen un alto contenido en proteínas, en vitamina B y en minerales como fósforo, hierro o zinc.

Además, la carne de cerdo empleada para elaborar el chorizo riojano IGP presenta un contenido limitado de colesterol. Los embutidos curados contienen 72 mg de colesterol por 100 g, por lo que si se consumen en las cantidades y frecuencia apropiadas, ayudan a mantener una alimentación variada y equilibrada, y unos niveles de colesterol adecuados.

La sal es necesaria en su producción para inhibir el crecimiento de microbios y patógenos y para evitar su deterioro pero, en los últimos años, se han desarrollado tecnologías para reducir el contenido en sodio.

El secreto está en los condimentos

El principal condimento del chorizo es el pimentón de categoría extra 100%, una especia que le aporta un sabor ahumado suave pero distintivo y que es famosa por facilitar la digestión y estimular la producción de jugos digestivos. Además, contiene una buena cantidad de vitaminas A, C, E y K.

El segundo condimento principal del chorizo es el ajo, 100% natural y fresco, que también ayuda a la digestión, es un antibiótico natural y reduce la presión arterial.

A todo ello hemos de sumar un proceso de elaboración artesanal legado de generación en generación y madurado desde hace siglos. Los distintos procesos de elaboración – picado, amasado, embutido y secado – se efectúan siguiendo estrictos controles en instalaciones auditadas por el propio Consejo de la IGP, lo que hace de este producto un alimento recomendable para todas las edades, mayores y pequeños.

El resultado es un producto único, saludable y beneficioso para la salud si se consume en su justa medida, y toda una delicia para los sentidos.

¿Cómo incorporarlo en nuestra dieta de una forma saludable?

El chorizo es un alimento fuerte, pero altamente versátil. Más allá del famoso bocadillo, podemos consumirlo en una tostada de pan para un tentempié a media mañana o merienda; en tapas a mediodía, en guisos más elaborados cuando se acerca el invierno o en un delicioso plato salteado para la cena. Por ejemplo, las legumbres o los boletus casan muy bien con él.

Lo importante es consumirlo en su justa medida y hacer de cada ocasión un momento especial.

Chorizo Riojano

Chorizo Riojano encanta a tus cinco sentidos

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Existen muchos alimentos que nos hacen salivar, casi todos tenemos un plato preferido al que no podemos resistirnos o una receta que recordamos con especial cariño; pero pocos productos apelan a los cinco sentidos de manera tan rotunda como el chorizo riojano.

Originario de la región de La Rioja, en el norte de España y a apenas 170 kilómetros de la frontera francesa, este producto universal está presente en recetas y menús de todo el mundo pero sigue manteniendo su esencia a base de calidad y de cuidar al máximo su proceso de elaboración. La Indicación Geográfica Protegida Chorizo Riojano vela por ello y garantiza que su consumo sea toda una experiencia para los sentidos.

El sello de calidad IGP Chorizo Riojano distingue y reconoce la calidad de un producto elaborado con los mejores ingredientes y siguiendo un proceso de elaboración tradicional legado de generación en generación.

Los productos reconocidos con este distintivo poseen unos descriptores sensoriales que lo hacen diferente al resto. Para definir estos descriptores, se establece una metodología y un panel de cata experto formado por catadores que lo degustan a ciegas.

Y el veredicto es claro: el chorizo riojano posee unas características sensoriales propias y diferenciadoras que lo hacen único para todos y cada uno de los cinco sentidos.

Único para la vista: el chorizo riojano posee una forma muy característica en forma de sarta o herradura, con un calibre de 30-40 mm. y un peso mínimo de 200 gramos. 

Único para el tacto: tiene una consistencia firme y compacta, generalmente de aspecto rugoso, de corte liso, bien ligado y en el que se aprecia una diferenciación clara entre carne y grasa.

Único para el olfato: posee un aroma equilibrado e intenso, persistente, con dominio de pimentón, además de notas de ajo; ausencia de olores rancios y acres.

Único para el gusto: el chorizo riojano se caracteriza por tener un sabor intenso y penetrante; un deleite para el paladar. 

Único para el oído: cuando el producto que estás comiendo es de la máxima calidad como el chorizo riojano, no escucharás nada, tan solo un suspiro de satisfacción.

El resultado es un producto de máxima calidad y una garantía para el consumidor reconocido con el sello de calidad IGP Chorizo Riojano.

Si quieres saber más, escribe a igp.chorizoriojano@ctic-cita.es.